
Pilar López de la Osa: Profesora Contratada Doctora y Profesora de Universidad Privada por la ANECA. Doctora en Derecho por la Universidad de Alcalá. Es autora de dos monografías y numerosos artículos en revistas jurídicas de impacto; además es ponente habitual en seminarios y congresos. Ha realizado estancias de investigación en las Universidades de Passau (Alemania) y Harvard (Estados Unidos), y ha participado como Profesora en el Programa Erasmus+ UE en la Universidad de Lisboa. Actualmente, es Directora del Grado en Derecho en la Universidad Villanueva, donde imparte docencia en Derecho Administrativo y Directora de la Clínica Jurídica de la misma universidad. Además, es Profesora en la Universidad Pontificia Comillas-ICADE, la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense y en la Universidad Autónoma de Barcelona; destaca su paso por el Tribunal Constitucional (2009-2011).
María José Valero: Doctora en Derecho con premio extraordinario por la Universidad Complutense de Madrid, y licenciada en Derecho (E-1) por la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE, desempeñó durante casi 10 años su actividad profesional en el despacho internacional Cuatrecasas. En 2010 cursó el Máster de Derecho Público de la Universidad Complutense de Madrid, mereciendo la calificación de Matrícula de Honor. Ha realizado trabajos de investigación en el Departamento de Derecho Canónico y Eclesiástico de la Universidad Complutense de Madrid. Su perfil investigador se completa con su participación en numerosos congresos tanto nacionales como internacionales, así como con su asidua publicación en prestigiosos libros y revistas especializadas. Es docente en la Universidad Villanueva desde el año 2010.
Nos gustaría empezar por la actividad clínica de la Universidad Villanueva. ¿Cuándo se puso en marcha la clínica jurídica y cómo fueron sus inicios?
Pilar: La Clínica Jurídica de la Universidad Villanueva acaba de cumplir nueve años y tuvo su origen en un convenio de colaboración con CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) que nos animó a preocuparnos por temas de discapacidad. A día de hoy, nuestro itinerario abarca muchas más áreas y colectivos, pero esos fueron nuestros comienzos en el año 2014. Desde un inicio la actividad clínica tuvo una muy buena acogida en el área de Derecho de la Universidad Villanueva, gracias al apoyo e implicación sobre todo de los profesores, y actualmente la actividad clínica se ha expandido a todos los grados de la universidad (psicología, administración y dirección de empresa, comunicación, periodismo), así que estamos muy satisfechos.
La actividad clínica en España tiene ya más de 20 años de recorrido, ¿cuáles diríais que han sido sus principales logros? ¿Y sus retos?
María José: Ha habido logros a muchos niveles y destacaría dos: logros a nivel de universidad, como parte de la sociedad, y logros con el estudiantado. Por un lado, las universidades han apostado por sensibilizar respecto a la asistencia profesional al tercer sector, diferenciando el voluntariado de lo que es una clínica jurídica, y a cómo esta actividad es enormemente enriquecedora para la propia institución y para el claustro. Todo esto, sumado a la creación de la Red Española de Clínicas Jurídicas, que ofrece la posibilidad de compartir experiencias con otras universidades que llevan a cabo iniciativas similares pero con otras perspectivas y con distintos matices, ha logrado que el movimiento clínico sea imparable. Por otro lado, la actividad clínica ha conseguido llegar a nuestros alumnos, que están en unas edades perfectas, con una gran inquietud personal y social a la que no siempre saben cómo dar salida. Mostrarles desde el primer momento de su formación jurídica que lo que están aprendiendo tiene una dimensión práctica que les va a permitir no solo ganarse el pan sino también ayudar a los demás es de gran valor. En cuanto a los retos, en primer lugar, las universidades se lo tienen que creer más y ser más conscientes del tiempo y dedicación que requiere la actividad clínica, para que recibamos el suficiente apoyo institucional. En segundo lugar, debería haber un compromiso más firme por parte del alumnado, que debe entender que no se trata de un voluntariado en el que doy el tiempo que me sobra.
"La actividad clínica ha conseguido llegar a nuestros alumnos, que están en unas edades perfectas, con una gran inquietud personal y social a la que no siempre saben cómo dar salida."
¿Qué aporta a los estudiantes de Derecho participar en clínica jurídica? ¿Y a las profesoras y docentes que, como vosotras, os implicáis en los proyectos?
María José: La clínica jurídica permite a los estudiantes acceder a una nueva realidad del Derecho que no era la que tradicionalmente imperaba; hasta el lenguaje dentro de los despachos ha cambiado. Los estudiantes tienen una perspectiva mucho más humana de la profesión, de vocación de servicio hacia los demás. Además, la clínica jurídica facilita formar mejores juristas para una sociedad que no esté dominada por la inteligencia artificial, porque es un instrumento para desarrollar tanto la capacidad crítica como la sensibilidad, dos habilidades que no puede suplir ninguna herramienta digital.
Pilar: Cuando los estudiantes descubren la clínica jurídica ya no quieren dejarla, sobre todo porque tienen la satisfacción de poderlo relacionar con sus estudios y con lo que será el día de mañana su profesión y porque les ayuda a entender esa frase que repetimos en Villanueva “humanizar la profesión del abogado”. En cuanto al profesorado, creo que nos aporta desde dos puntos de vista. En primer lugar, por supuesto nos humaniza a nosotros también, como profesores, pero quizás lo más gratificante sea que nos da la oportunidad de ver a los alumnos trabajar de una manera diferente a la que estamos acostumbrados, viéndolos evolucionar en sus conocimientos académicos de una manera mucho más cercana. Y eso, para un docente vocacional, es muy satisfactorio.
¿Consideráis que es creciente el interés por parte de los estudiantes en participar en proyectos con impacto social? De ser así, ¿cuál diríais que es el motivo?
María José: Sí hemos notado un aumento de interés exponencial. En un inicio, los estudiantes más receptivos eran aquellos a los que de alguna manera les tocaba de cerca la problemática que fuera a tratarse en estos proyectos y que ya estaban sensibilizados previamente; había un componente personal muy fuerte. Actualmente el interés se ha expandido y generalizado, gracias, por un lado, al boca a boca entre los compañeros y, por otro lado, a la diversificación del tipo de proyectos, que nos ha permitido llegar a un público mayor. Por supuesto, también ha sido determinante la introducción de los trabajos de final de grado (TFG) y de final de master (TFM). Aquellos estudiantes que escogen proyectos con impacto social para sus trabajos cuentan con un propósito que va más allá de aprobar una asignatura y que es ayudar a una entidad del tercer sector a apoyar a quienes más lo necesitan, y esto es muy motivador.
¿Qué papel ocupa el trabajo pro bono dentro de los planes de estudios de Derecho?
Pilar: Es importante concienciar al ámbito educativo español que el pro bono y la responsabilidad social de la abogacía deben estar cada vez más presentes en los planes de estudio del grado en Derecho. En Villanueva, todas las horas invertidas en proyectos con la clínica jurídica pueden ser computables en créditos para una asignatura optativa de cuarto curso denominada “Actividades Formativas Complementarias”. Ese reconocimiento es una de las formas a través de las cuales tratamos de reflejarlo en nuestro plan de estudios. Otra de las formas es mediante el Aprendizaje Servicio (ApS); ciertas asignaturas incluyen en su evaluación continua algunos de los proyectos de clínica jurídica. Aunque todas estas medidas son fundamentales, pueden ser un arma de doble filo, porque nos preocupa desvirtuar la voluntad del alumno de participar en este tipo de proyectos; no querríamos que se implicaran en la clínica jurídica solo porque vayan a obtener créditos. Es importante mantener el equilibrio entre el reconocimiento académico y la motivación personal.
¿Qué tal la experiencia de colaborar con una clearinghouse como la Fundación Pro Bono España en el marco de vuestra actividad clínica?
María José: Para nosotras ha habido un antes y un después. Cuando las relaciones son bilaterales, sin la intermediación de una clearingouse, el número y el tipo de proyectos que puedes asumir están muy limitados y las actividades tienen un recorrido relativo. Contar con el apoyo de una red de abogados como la de la Fundación Pro Bono España, además del del claustro de la propia universidad, hace que las materias que puedas abarcar a través de los proyectos de la clínica se multipliquen exponencialmente. Además, la posibilidad de trabajar junto con profesionales de primer nivel, codo con codo, en grupos de trabajo en los que nos tratamos de tú a tú es muy enriquecedora, en especial para los estudiantes.
Pilar: En efecto. Para nuestros alumnos es una gran oportunidad participar en proyectos en contextos fuera del aula. Desde el punto de vista organizativo, la coordinación e impulso que proporciona la intermediación de la Fundación Pro Bono España nos ha facilitado mucho el trabajo; los proyectos están bien planteados y los procedimientos muy bien estructurados. Para la clínica vuestra labor es tranquilizadora, nos da mucha seguridad saber que estáis detrás velando por el correcto desarrollo de los proyectos.
Habladnos de alguno de los proyectos en los que hayáis colaborado con la Fundación Pro Bono España. ¿Qué destacaríais de cada uno de ellos?
Pilar: Hemos tenido la suerte de colaborar con la Fundación Pro Bono España en muchos proyectos, pero quizás destacaríamos, en primer lugar, el dirigido a la Fundación Porque Viven, la guía sobre cuestiones jurídicas en relación con los cuidados paliativos pediátricos. Era un tema duro, pero la forma de trabajar de los alumnos, la sensibilidad con la que se comunicaron con todas las partes implicadas y cómo estuvieron los despachos a la altura de transmitir con el lenguaje y terminología adecuados conceptos jurídicos complejos fue impresionante. La satisfacción personal de los estudiantes al ver el impacto de su trabajo nos dejó sin palabras.
María José: El segundo proyecto que destacaríamos está todavía en curso, con la Asociación Kuvu Inclusión Social, pero está siendo muy revelador, pues se enmarca en la actividad de incidencia política, a través de la elaboración de una propuesta de reforma normativa. Para los estudiantes implicados es una oportunidad única, no solo por trabajar con abogados y abogadas de primer nivel, sino por la envergadura de lo que se pretende lograr. Además, se están llevando un aprendizaje impagable, tanto el plano jurídico, como en materia de negociación, conciliación y capacidad de escucha.
"La satisfacción personal de los estudiantes al ver el impacto de su trabajo nos dejó sin palabras."