Hablamos con Javier Murillo

Javier Murillo es estudiante de cuarto curso de Grado en Derecho y alumno de la clínica jurídica de la Universidad Rey Juan Carlos desde sus inicios en 2020. Javier ha participado en varios asuntos pro bono, entre otros, el proyecto multilateral para Homeless Entrepreneur, que está liderando una ambiciosa iniciativa para transformar el actual modelo de protección de los derechos de las personas sin hogar, propiciando un sistema no tan asistencial que facilite la reinserción sociolaboral de este colectivo.

Bienvenido Javier y muchas gracias por tu participación. Empecemos por que nos cuentes más sobre tu participación en la clínica jurídica de la universidad. ¿En qué consiste su actividad y en qué tipo de proyectos os involucráis los alumnos?

En la clínica jurídica de la Universidad Rey Juan Carlos, que cuenta con una directora y un coordinador, existen dos grandes líneas de actuación. Por un lado, los proyectos de asesoramiento a entidades sin ánimo de lucro en los que les apoyamos con la resolución de dudas legales y, por otro lado, los proyectos de alfabetización o divulgación con los que acercamos la normativa a personas legas en Derecho para que la conozcan y sepan cómo les afecta en su día a día. Estas actividades están supervisadas por profesionales que, de forma voluntaria, colaboran y ponen a disposición de la clínica toda su experiencia para asesorar a clientes cuya situación de vulnerabilidad y necesidad jurídica ameriten los servicio pro bono. Aunque llevamos poco tiempo como clínica, nuestra ambición nos lleva a plantearnos retos a futuro, como las colaboraciones internacionales o, a nivel interno, crear una estructura que permita el trabajo multidisciplinar y una mayor eficiencia.

Actualmente estás terminando tus estudios de Derecho, ¿a qué te querrías dedicar el día de mañana? ¿Qué impacto ha tenido tu participación en asuntos pro bono en tus perspectivas profesionales?

Empecé en la clínica jurídica por su actual directora, Marta Albert, porque me encantaba el tipo de proyectos que tenía pensado llevar a cabo y eso me hizo rechazar otras ofertas. Por aquel entonces, necesitaba comprometerme con un proyecto en el que pudiera creer y al mismo tiempo quería aproximarme a mi futuro profesional con un enfoque diferente. La clínica jurídica me ha abierto muchas ventanas y la formación en pro bono ha sido fundamental. He conocido esa vertiente de la profesión que va más allá de los números que, aunque importantes, en ocasiones nos hacen olvidar el valor que podemos aportar con nuestra profesión a determinados colectivos. Además, las habilidades que adquirimos en la clínica jurídica nos llevan no solo a aplicar el Derecho, sino a adaptar nuestros conocimientos al perfil de las personas a las que atendemos. Esta situación nos curte y nos da mucha experiencia para poder responder ante un tipo de cliente singular que bien podríamos encontrarnos en el despacho el día de mañana. En mi caso, el trabajo pro bono me ha hecho replantearme ese futuro profesional, hasta el punto de que esa experiencia me ha llevado a aceptar recientemente una oferta laboral en el tercer sector. Además, me ha invitado a valorar otras alternativas ya que me encantaría tener la oportunidad de acercarme a la realidad del trabajo pro bono en otras jurisdicciones y explorar oportunidades profesionales en este campo.

"He conocido esa vertiente de la profesión que va más allá de los números que, aunque importantes, en ocasiones nos hacen olvidar el valor que podemos aportar con nuestra profesión a determinados colectivos."

Llevas varios meses participando en un análisis sobe los derechos de personas sin hogar, ¿de qué trata el proyecto exactamente? ¿En qué punto se encuentra y cuáles son los siguientes pasos?

El proyecto impulsado desde Homeless Entrepreneur surge ante la necesidad de estudiar con mayor profundidad el impacto que la normativa (estatal y autonómica) estaba teniendo para las personas sin hogar que, pese a las iniciativas impulsadas, seguían encontrando dificultades debido al marco regulatorio y a los incentivos que genera el mismo. Por ello, la primera fase del proyecto consistió en analizar con mayor detalle la normativa interna y compararla con información disponible de otros países. Al mismo tiempo, gracias al contacto que desde la clínica se mantiene con otras entidades del tercer sector, pudimos aproximarnos a la realidad concreta con la que conviven estas personas y entender cuáles son las principales barreras que enfrentan. En la segunda fase del proyecto, en la que ahora nos encontramos, vamos a tratar de promover una reforma legislativa. Para ello, es necesario sumar voluntades y llevar a cabo una importante labor de comunicación y sensibilización de todos los actores implicados para aunar esfuerzos.

En este proyecto habéis trabajado conjuntamente con el despacho King & Wood Mallesons, ¿qué te ha reportado trabajar con abogados de primer nivel?

Todos los que conformamos la clínica compartimos la sensación de sentirnos privilegiados por participar en este proyecto. Antes de conocer al equipo de KWM nos concienciamos sobre el nivel de calidad que debíamos esperar de nuestra participación dada la reputación del despacho. Sin embargo, la cercanía de José Carlos y Roberto, implicados desde el minuto uno, nos dio tranquilidad y seguridad. El hecho de tener la oportunidad de trabajar con ellos hizo que nuestro trabajo fuera más ambicioso y eficiente. Además, su organización y coordinación han sido excepcionales. Por eso hemos aprendido muchísimo y, personalmente, creo que muchos de nosotros hemos percibido una realidad del trabajo en un despacho que desconocíamos, gracias al entusiasmo con el que participan los abogados en proyectos pro bono. Esa ha sido la mejor demostración de que se pueden aunar los valores esenciales de nuestra profesión, trabajando para quienes lo necesitan, sin perder de vista por ello nuestra proyección laboral.

Desde el otro lado, ¿cuál crees que es el incentivo para un abogado de participar en un proyecto con estudiantes de una clínica jurídica?

Los alumnos de una clínica jurídica, con independencia de la universidad, tienen las ganas y el entusiasmo por participar en proyecto pro bono, por lo que los abogados cuentan con un grupo de personas muy motivadas y comprometidas. Además, trabajar con una clínica te permite estar en contacto con los profesionales del mañana y ver su capacidad de adaptación ante diferentes retos que impone el derecho y el trabajo en equipo. Como estudiantes afrontamos esos retos jurídicos con normalidad porque estamos muy acostumbrados a trabajar de forma multidisciplinar, entremezclando ramas del Derecho e, incluso, carreras profesionales. Además, trabajamos mentorizados por personas con una larga trayectoria investigadora en la universidad, por lo que no se espera tanta supervisión por parte del abogado, sino más bien que dé su punto de vista práctico al tema. Por otro lado, es justo reconocer que en una clínica jurídica no entra cualquier alumno, solo aquellos con suficiente motivación e inquietud cuyo perfil probablemente les empujará, el día de mañana, a trabajar en una organización que les permita desarrollar también su vocación social.

"Los alumnos de una clínica jurídica, con independencia de la universidad, tienen las ganas y el entusiasmo por participar en proyecto pro bono, por lo que los abogados cuentan con un grupo de personas muy motivadas y comprometidas."

Háblanos de tu participación en otros proyectos de la clínica jurídica. ¿Alguno que te haya marcado especialmente? ¿Por qué?

Hemos participado en varios proyectos muy sensibles por la situación de vulnerabilidad de diferentes colectivos, pero si tuviera que destacar uno sería el proyecto «De tú a tú” en colaboración con Liber (la que hasta el momento era la Asociación Española de Fundaciones Tutelares). El proyecto parte de la necesidad jurídica de las personas con discapacidad que, gracias a la reforma propiciada por la Ley 8/2021 que entró en vigor en septiembre del año pasado, implica que se deben revisar aproximadamente más de 300.000 sentencias de incapacitación en los próximos 3 años. Como alumnos de la clínica tenemos el privilegio de revisar y adaptar a lectura fácil algunas sentencias de incapacitación junto a las personas a quienes les afectan, explicarles los derechos que se ven afectados y al mismo tiempo colaborar en la concienciación, sensibilización y divulgación sobre cómo nos afecta esta histórica modificación legislativa. Por poner un ejemplo: este proyecto nos ha llevado a constatar que las personas con discapacidad muchas veces no han tenido acceso a su sentencia o no se les ha facilitado la comprensión de la misma, siendo ésta la primera vez que van a poder ejercer su derecho a participar en un proceso con todas las garantías debidas, lo que ha hecho de nuestro trabajo algo necesario y gratificante tanto en lo jurídico como en lo personal.

En la clínica jurídica recibís formación específica sobre la práctica pro bono. ¿Cómo valorarías esta formación? ¿Crees que es importante que se sigan promoviendo estas iniciativas en materia de sensibilización y formación desde la universidad?

La formación es fundamental, esencial y necesaria. De hecho, a todos nos ha sorprendido que la formación pro bono no sea una formación reglada incluida en planes de estudios, aunque fuera como optativa, para que más universitarios puedan tener esta toma de contacto con la realidad del Derecho. Gracias a estas formaciones los estudiantes reactivamos nuestro entusiasmo por trabajar en proyecto pro bono e, incluso, llegamos a replantearnos nuestro futuro profesional, como es mi caso. Muchas veces queremos formar a los profesionales del mañana sin darles la oportunidad de conocer las oportunidades profesionales que tienen y muchos alumnos de Derecho se desmotivan porque se ven abocados a una realidad jurídica y a practicar la profesión de una única forma, que no encaja con su motivación inicial. La oportunidad de tener la formación y participación en pro bono te reconduce a reconsiderar oportunidades que tienen mucho más que ver con los valores que te llevan a escoger esta carrera.

¿Cuál crees que es el papel que tienen los estudiantes de Derecho en el futuro del trabajo pro bono?

En el encuentro que tuvimos hace unos días una compañera de la Universidad de Villanueva dijo que el hecho de participar en la clínica jurídica le había sensibilizado y llevado a comprometerse con una nueva realidad del Derecho. Cualquier estudiante que haya participado en una clínica jurídica estará más concienciado con las problemáticas del mundo y entenderá la profesión como algo más que un trabajo. Esto permitirá que, desde sus organizaciones, puedan seguir promoviendo el trabajo pro bono de forma institucionalizada.

Hasta el momento, ¿cómo ha sido tu experiencia con la Fundación Pro Bono España? ¿Alguna sugerencia o recomendación a futuro?

Estoy auténticamente entusiasmado con la Fundación, soy un convencido, hasta el punto de que quiero que mi carrera profesional esté conectada con el movimiento pro bono. Tenéis mucho bagaje personal y profesional. Por eso, me pregunto: ¿cómo no hemos sabido antes del trabajo pro bono? ¿cómo ha sido posible que, en cuatro años, los que hemos ido a conferencias, los que hemos tenido clases con profesionales del Derecho, con gente con una amplia experiencia internacional, con catedráticos, con profesores pasantes, con gente joven, gente mayor… nadie nos haya hablado del trabajo pro bono? Esto prueba el desafío que existe todavía en relación con la generación y difusión de la cultura pro bono. Sería muy positivo que pudierais brindar la formación desde primero de carrera para que más alumnos, incluso de otras carreras, se pueda impregnar de esto desde el principio y participar en asuntos de manera altruista a través de su profesión.