Conociendo a Laura Gonzalvo

Corresponsabilidad y compliance en el tercer sector

Chief Ethics & Compliance Officer en la Fundación Ayuda en Acción.

Laura Gonzalvo lleva siete años trabajando como Chief Ethics & Compliance Officer en la Fundación Ayuda en Acción. Además, es fundadora y coordinadora del Comité Técnico de Compliance en el Tercer Sector de la World Compliance Association. Anteriormente, trabajó para la Cruz Roja Española como Jefa y Delegada Financiera en Colombia.

La Fundación Ayuda en Acción se ha convertido en una entidad de referencia en el tercer sector y en el mundo de la cooperación. ¿Podrías resumirnos vuestras líneas de actuación y modelo de intervención?

Somos una organización presente en todo el mundo que persigue la erradicación de la pobreza. Trabajamos directamente con las comunidades locales dándoles un papel protagonista y poniendo especial foco en temas relacionados con la infancia y las mujeres. Tenemos cuatro líneas de intervención claras: la primera, generar oportunidades a través del impulso de una educación de calidad, dotar de medios de vida sostenible, y el apoyo a la empleabilidad y el emprendimiento; en segundo lugar, la lucha contra el cambio climático mediante el fomento de la agricultura sostenible y el acceso al agua; la tercera, promover sistemas de protección ante la violencia e intolerancia, con un foco fundamental en las mujeres; y, por último, salvar vidas a través de la respuesta ante emergencias humanitarias, el apoyo a población refugiada y la gestión del riesgo ante desastres. Toda nuestra acción es transversal, de forma que nuestros proyectos se centran en los pilares fundamentales para el desarrollo de la vida de las personas (como la salud o la educación, entre otros) para provocar un impacto sostenible en el tiempo, de ahí que todos nuestros proyectos tienen una duración de 10 a 12 años.

«Toda nuestra acción es transversal, de forma que nuestros proyectos se centran en los pilares fundamentales para el desarrollo de la vida de las personas (como la salud o la educación, entre otros) para provocar un impacto sostenible en el tiempo, de ahí que todos nuestros proyectos tienen una duración de 10 a 12 años.»

¿Cómo se trabaja en una organización con presencia en 20 países y gracias a la cual casi un millar de personas en todo el mundo reciben apoyo? ¿Cuál es vuestra estructura? ¿Cómo os organizáis?

Sin duda, el valor añadido de Ayuda en Acción, y que se ha puesto de relieve en la pandemia, es el hecho de contar con una estructura local en la que la gran mayoría de los trabajadores en terreno son nacionales del país en cuestión y no expatriados. Además, trabajamos con los actores clave en el territorio, quienes son los verdaderos protagonistas del cambio. Esto nos ha permitido flexibilizar mucho más nuestras intervenciones y seguir activos en los distintos países.

Cuando se oye hablar de vuestra entidad se asocia al ámbito de cooperación, y es cierto que hacéis mucho trabajo a nivel internacional, pero también en España, el país con mayor abandono escolar de la Unión Europea y donde 1 de cada 3 niños vive por debajo del umbral de la pobreza y somos, según datos de vuestra web. ¿Qué tipo de programas lleváis a cabo para luchar contra estas dos realidades?

En España, el área de acción social está enfocada, principalmente, en brindar apoyo en proyectos relacionados con la infancia y las mujeres. Nuestras actuaciones se centran en grandes líneas transversales, como la innovación e inclusión educativa y el empoderamiento femenino. Por ejemplo, para reducir la brecha digital, impulsamos el desarrollo de competencias tecnológicas y el acceso a la tecnología en las aulas. Esta labor ha sido fundamental durante la pandemia ya que hemos provisto a muchos menores de dispositivos digitales para continuar sus estudios. En el trabajo con mujeres, contamos con proyectos en temas de alfabetización y emprendimiento para favorecer la autonomía económica de dichos colectivos.

Centrándonos más en tu especialidad, en el cumplimiento normativo, ¿qué es la World Compliance Association? ¿Cómo llegaste a implicarte en su desarrollo?

La World Compliance Association surgió en España y aúna a profesionales de distintas organizaciones interesados en el fortalecimiento y la difusión del compliance. En su momento, no contaba con referentes del tercer sector en la materia, pero, una vez dentro, creé el Comité de Compliance del Tercer Sector en donde las principales organizaciones que contamos ya con cierto bagaje en la materia intercambiamos experiencias, promovemos documentos formativos gratuitos como la Guía de Compliance en el tercer sector y visibilizamos el trabajo que se ha hecho en la materia por parte de las organizaciones sociales que, aunque muchas no tengan programas de compliance como tal, sí que han asumido y puesto en práctica el cumplimiento normativo a nivel interno. Por eso, es tan importante difundir el trabajo realizado y poner en valor su profesionalidad en la materia.

Como experta en cumplimiento normativo, conoces bien las obligaciones legales a las que están sometidas las organizaciones sociales. ¿Crees que dichas obligaciones son lo suficientemente conocidas en el tercer sector? ¿Cómo se podría potenciar el conocimiento de las mismas en el caso de las entidades más pequeñas?

En materia de compliance las organizaciones tienen que perder el miedo y verlo como una ventaja. Contar con un programa de cumplimiento normativo garantiza que la organización cumpla con los compromisos adquiridos con todas las partes, lo que se traduce en confianza y sostenibilidad de la misma. Es muy importante que las entidades partan de la identificación de riesgos teniendo en cuenta su propio contexto (ámbito geográfico de intervención, marco legislativo, líneas de intervención o estructura) tras lo cual se ha de priorizar para saber dónde poner el foco, ya que los recursos son limitados. La idea sería que cada organización tuviera su hoja de ruta para ir dando pasos en materia de cumplimiento con las obligaciones existentes en las distintas áreas.

«En materia de compliance las organizaciones tienen que perder el miedo y verlo como una ventaja. Contar con un programa de cumplimiento normativo garantiza la organización cumpla con los compromisos adquiridos con todas las partes, lo que se traduce en confianza y sostenibilidad de la organización.»

En tu caso, estás muy acostumbrada a trabajar en red. De hecho, formas parte de varios grupos de trabajo, como el de Transparencia y Buen Gobierno de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo. Desde la Fundación Ayuda en Acción, ¿qué tipo de alianzas y colaboraciones se promueven?

El trabajo en red es crucial para fortalecer el tercer sector. Los grupos de trabajo en los que participo analizan las novedades legislativas, comparten su know-how y tratan de asegurar la buena reputación de las organizaciones del tercer sector, ya que la sociedad ha depositado en ellas una confianza basada en ciertos estándares éticos a los que hay que ser fieles. Asimismo, este tipo de alianzas también persiguen una cierta función de lobby para poder promover y llevar a cabo ciertos cambios legislativos que mejoren la aplicabilidad del marco legislativo a nuestra realidad.

¿Nos puedes contar más sobre el proyecto de Alliance 2015? ¿Crees que en la actualidad las alianzas están más consolidadas?

La Alliance 2015 es una red europea que conformamos ocho organizaciones independientes y que trabaja de forma coordinada compartiendo conocimientos e implementando soluciones en equipo para erradicar la pobreza y el hambre. De este modo, damos una respuesta más rápida y eficaz ante emergencias y situaciones de crisis. Lo importante del trabajo en grupo es superar el afán de reconocimiento individual en favor de todos. En este sentido, noto que se han incrementado las redes y las alianzas entre organizaciones del tercer sector y con los sectores público y privado. Es esencial que, entre todos, aunemos esfuerzos para articular soluciones conjuntas y poder llevarlas a cabo más a allá de los tradicionales programas de intervención. La pandemia ha puesto en evidencia que, para problemas comunes, tiene que haber soluciones comunes porque todos somos corresponsables.

«Es esencial que, entre todos, aunemos esfuerzos para articular soluciones conjuntas y poder llevarlas a cabo más a allá de los tradicionales programas de intervención. La pandemia ha puesto en evidencia que, para problemas comunes, tiene que haber soluciones comunes porque todos somos corresponsables.»

Estuviste más de dos años en Colombia, un contexto radicalmente distinto al de nuestro entorno. ¿De qué manera te enriqueció a nivel profesional, tu experiencia en Colombia? ¿Qué labor desarrollabas?

Mi experiencia en Colombia fue el cambio más brusco, pero también más bonito, de toda mi carrera profesional, ya que llevaba más de un lustro trabajando en auditoría. Aunque el marco legislativo en Latinoamérica está bastante desarrollado, existen muchas vulneraciones de derechos. La Cruz Roja Española acompaña en procesos de reivindicación de esos derechos, como es el caso del proyecto de acompañamiento a víctimas por minas antipersona a causa del conflicto armado. La perspectiva cambia mucho cuando pasas de conocer la situación a vivirla sobre el terreno. Colombia supuso un baño de humildad dado que descubrí el nivel de profesionalidad que hay en las organizaciones sociales, muy al contrario de la imagen que se proyecta en la sociedad, un prejuicio del que nos tenemos que liberar. Me desplacé al país porque me di cuenta de que necesitaba observar la situación in situ para poder realizar un debido seguimiento financiero, al conocer las limitaciones y la realidad a la que nos enfrentamos las organizaciones sobre el terreno. Posteriormente, en mis inicios en Ayuda en Acción tuve la oportunidad de viajar a Sudamérica y Centroamérica, donde no había un sistema de control interno homogeneizado en términos globales de la organización, así que elaboré un mapa de riesgos para trazar una hoja de ruta. Posteriormente, la organización decidió entrar en África, lo cual para mí fue una gran oportunidad ya que pude impulsar la parte más financiera y legal del proceso de apertura en África. Fue una experiencia muy interesante. Una vez que este proceso estuvo consolidado, decidí centrarme de manera más concreta en la parte de compliance

«En el tercer sector, tendemos a poner el foco en lo que hacemos, pero también es importante pensar en cómo lo hacemos, y ahí es donde entra el compliance, para llevarlo a cabo de manera eficaz, eficiente, responsable, ética y transparente. Eso es lo que hace que una organización sea íntegra. Vosotros nos ayudáis a asegurar que lo que hacemos lo hacemos bien.»

¿Cómo valorarías vuestra experiencia de colaboración con la Fundación Pro Bono España? ¿En qué medida crees que el trabajo pro bono contribuye a la transformación social?

Para las organizaciones del tercer sector el hecho de contar con una entidad como la Fundación Pro Bono España para acompañarnos en nuestras dudas legales es sinónimo de garantía, seguridad y confianza. Sois un puente fundamental entre las organizaciones y los actores jurídicos. En el tercer sector, tendemos a poner el foco en lo que hacemos, pero también es importante pensar en cómo lo hacemos, y ahí es donde entra el compliance, para llevarlo a cabo de manera eficaz, eficiente, responsable, ética y transparente. Eso es lo que hace que una organización sea íntegra. Vosotros nos ayudáis a asegurar que lo que hacemos lo hacemos bien.