Conociendo a Haize Trueba de la Asociación Kuvu Inclusión Social

Haize Trueba es co-fundadora de la Asociación KUVU Inclusión Social (“KUVU”). Haize Trueba, licenciada en LEINN (Liderazgo Emprendedor e Innovación), trabaja en una organización que busca mejorar la inclusión social de las personas mayores fomentando las relaciones entre generaciones.

 

Haize, ¿cómo y con qué finalidad nace KUVU 

En el año 2017, nos juntamos tres compañeros que estábamos estudiando un grado de emprendimiento e innovación en la Universidad de Mondragón con la misión de trabajar con personas mayores y mejorar su calidad de vida. Empezamos a investigar y dimos con la soledad no deseada como uno de los grandes retos a los que se enfrentan las personas mayores. Así que decidimos que éste era el reto que queríamos afrontar y tratar de darle un enfoque positivo dentro de lo que se pudiera. También empezamos a detectar otro gran reto social de otro colectivo que era el desafío al que se enfrentaban las personas jóvenes para encontrar una vivienda de alquiler con un precio asequible. Inspirándonos en cómo se había enfrentado esta problemática a nivel europeo fue como surgió KUVU, como un programa de convivencia intergeneracional en el que, personas mayores que viven solas y tienen habitaciones disponibles, pueden alquilarlas a jóvenes de forma segura, velando por la compatibilidad a la hora de convivir.

Cada vez somos más conscientes del envejecimiento de la población y de los problemas a los que se enfrentan las personas mayores. Como entidad que trabaja con este colectivo, ¿cuáles creéis que son los principales desafíos que afrontan las personas mayores, además de la soledad no deseada?

A nivel social y económico, destacaría el problema de sostenibilidad de una sociedad como la nuestra, con una población cada vez más envejecida y con bajos niveles de natalidad. Además, hay algo muy significativo a tener en cuenta y es el hecho de que la manera de envejecer está cambiando totalmente. Actualmente, las personas mayores quieren seguir siendo útiles en esta nueva etapa de su vida, aportar a la sociedad, aprender y continuar formándose, vivir nuevas experiencias, viajar, etc. Para mí supone un gran reto reinventar aquello que implica adentrarse en la etapa de lo que se considera una “persona mayor”. En este sentido, hay muchas posibilidades por explorar. Existen muchos estigmas alrededor de las personas mayores, como dar por hecho que no son personas digitales, cuando muchas de ellas se manejan perfectamente con Facebook o WhatsApp. Esto genera mucha desconexión intergeneracional y hemos de tener en cuenta el fenómeno social que se está produciendo en estos momentos en el que estamos conviviendo a la vez cinco generaciones diferentes (generación Z, millenial, generación X, baby boomers y generación silenciosa).

   ¿Qué proyectos e iniciativas concretas habéis impulsado o pensáis impulsar desde KUVU para darle solución a las problemáticas detectadas y anteriormente expuestas?

Contamos con nuestro programa de convivencia intergeneracional entre jóvenes y mayores que ya está funcionando, en el que se trabaja mucho la soledad no deseada de las personas mayores, la conexión entre generaciones y el apoyo económico para ambas partes de la convivencia. Por otro lado, actualmente estamos muy centrados en un impacto más sistémico, tratando de llevar a cabo acciones que de alguna manera reconfiguren la sociedad para combatir los retos que mencionábamos anteriormente. En este sentido, hemos lanzado en colaboración con Vermut (entidad con sede en Barcelona que ha lanzado la primera red social para mayores) un club social en el que las personas mayores puedan hacer todo tipo de planes y sean ellas las que propongan sus propias iniciativas, buscando que sea un club social intergeneracional. Está comenzando de forma presencial en Bilbao y la idea es que se extienda de forma virtual a todo el país. También destacamos la Guía Jurídica que realizamos de la mano de la Fundación Pro Bono España con el objetivo de que las personas mayores sean lo más independientes posibles y tengan un acceso rápido a cuestiones legales de distinta índole (estafas, bancario, suministros, entre otros). Por último, estamos trabajando, también de la mano de la Fundación Pro Bono España, en una propuesta de Ley para ayudar a que la comunidad intergeneracional sea algo que esté regulado y que haya seguridad jurídica para que las personas puedan convivir bajo este modelo.

    Como comentas, han sido ya varias las ocasiones en las que la Fundación Pro Bono España y KUVU han trabajado juntas. Uno de esos proyectos se ha materializado en la “Guía jurídica para las transiciones en nuestra vida” que has mencionado, dirigida a que cualquier persona, independientemente de su edad, tenga las herramientas necesarias para afrontar las dificultades y cuestiones de carácter jurídico que forman parte de nuestro día a día, ¿cuál ha sido la respuesta que habéis recibido de vuestros usuarios?

Ya ha habido más de una treintena de personas que se han descargado la guía desde la plataforma online en la que está disponible. Además, hemos hecho sesiones de feedback y, en general, las respuestas están siendo muy positivas. El lenguaje empleado en la guía es perfectamente comprensible y accesible para sus usuarios, que era uno de los objetivos principales. Además, muchas de las preguntas contenidas en la guía van dirigidas a resolver cuestiones que recibimos a menudo por parte tanto de personas mayores como de otras edades. También hemos recibido comentarios hacia cuáles pueden ser los siguientes pasos a tomar, al haber detectado ciertas particularidades entre las distintas Comunidades Autónomas, e, incluso, nos han llegado ya nuevas cuestiones y sugerencias para la siguiente edición.

En KUVU, sois unos grandes defensores del modelo de convivencia intergeneracional. ¿Podríais explicarnos en qué consiste el modelo de convivencia intergeneracional y cómo se lleva a la práctica?  

Lo primero es que se basa en un modelo que busca la igualdad entre las generaciones que van a compartir casa, momentos y vida en un mismo hogar. Nosotros estamos enfocados sobre todo en esa parte del hogar compartido y la importancia de que cada una de las personas se sienta en la capacidad de decir si algo no está bien. También cabe mencionar que, a diferencia entre otros programas, en nuestro caso, si hay un alquiler que la persona joven tiene que pagar, luchamos por que ese precio sea por debajo de mercado, para apoyar también así a las personas jóvenes. Por otro lado, la compatibilidad y la seguridad son temas que nos importan mucho porque se trata de una persona mayor que está abriendo las puertas de su casa a una persona que no conoce. En este sentido, desde KUVU proporcionamos un formulario que permite recopilar cierta información y unir a las personas con base en cierta compatibilidad. Se registran desde preferencias muy concretas y muy básicas, como, por ejemplo, fumar o no, mascotas o no y ese tipo de cosas que son tangibles y concretas a cosas que no lo son tanto como el cómo eres en la convivencia, cómo prefieres cocinar o de qué forma organizas la cocina. Además de confianza, esto permite generar un contrato muy acertado en lo relativo a la convivencia, normas, procedimiento y un montón de cosas que al final lo que permite es dejar claro a las partes cuáles son sus derecho y obligaciones y, en caso de que se incumpla alguna de estas cosas, sea KUVU quien medie en el proceso de finalización de la convivencia.

Precisamente el otro proyecto en el que la Fundación Pro Bono España ha colaborado con KUVU ha sido en relación a la propuesta de ley española de convivencia intergeneracional, ¿cómo os planteasteis este proyecto?

Hemos tomado como inspiración una ley francesa que regula este tema, por lo que el primer paso ha sido estudiarla y revisarla, para ver qué puede funcionar y qué tiene sentido aplicar en España. Por otro lado, hemos estamos rodeados de gente maravillosa. Tanto por parte de las universidades como de los despachos están muy implicados con el proyecto de ley y nos están ayudando en todo el proceso, desde el diseño del cuerpo legislativo hasta la identificación de los siguientes pasos de cara a presentarlo en el Congreso. También estamos tratando de recoger las visiones de otro tipo de programas intergeneracionales que existen a nivel nacional para nutrir la propuesta de ley y no dejar ningún fleco en el camino. Queremos que esta ley sea lo más amplia posible para no dejar a ninguna persona fuera.

«Tanto por parte de las universidades como de los despachos están muy implicados con el proyecto de ley y nos están ayudando con todo el proceso desde el diseño del cuerpo legislativo hasta la identificación de los siguientes pasos de cara a presentarlo en el Congreso». 

Durante vuestra participación en los proyectos multilaterales coordinados por la Fundación Pro Bono España, habéis tenido ocasión de trabajar de la mano de más de seis firmas de abogados y abogadas, así como con numerosos estudiantes de dos clínicas jurídicas universitarias. ¿Cómo ha sido esta experiencia de trabajo colaborativo?

La verdad es que ha sido una experiencia estupenda. Al principio impresiona contar con un equipo de tantas personas y te preguntas “¿cómo va a funcionar?”, o “¿cómo lo podemos organizar?”. Pero el hecho de que vosotras, el equipo de la Fundación, lideréis y organicéis todo ha facilitado mucho estos aspectos. Además, todas las personas están tan implicadas en los proyectos que incluso nos han facilitado ideas y sugerencias para otros proyectos en los que no estamos trabajando con ellos. Así que, en conclusión, ha sido una gran experiencia porque la organización ha sido estupenda y también por la implicación por parte de los despachos y estudiantes.

¿Cómo valorarías vuestra experiencia de colaboración con la Fundación Pro Bono España?

También ha sido estupenda, sin el equipo de la Fundación Pro Bono España esto no sería posible. Como decía anteriormente, la buena organización es precisamente gracias a vosotras y a vuestra labor de coordinación, consiguiendo que, aunque sean muchas personas las involucradas, cada una sepa cuál es su función y dónde tienen cabida sus aportaciones para que el proyecto en su totalidad tenga sentido.

¿En qué medida veis que el trabajo pro bono constituye una herramienta de incidencia política y de transformación social?

Puede haber proyectos de diferentes índoles o grados y gracias al trabajo pro bono se permite que muchas entidades, que no podrían acceder a estos recursos, logren llevarlos a cabo. Es decir, el trabajo pro bono permite que una entidad chiquitita pueda soñar a lo grande. Las entidades están para ayudar y permitir que se generen cambios reales y, en esta labor, el pro bono es un instrumento muy importante, al cual hay mucho que agradecer. En nuestro caso, por ejemplo, que somos una organización con un equipo pequeño, no llegábamos a pensar que pudiéramos estar trabajando en un proyecto de ley, y esto es algo que estamos logrando gracias al apoyo de la Fundación Pro Bono España.

«El trabajo pro bono permite que una entidad chiquitita pueda soñar a lo grande. Las entidades están para ayudar y permitir que se generen cambios reales y, en esta labor, el pro bono es un instrumento muy importante, al cual hay mucho que agradecer.»