Carta de Silvia López

Silvia López Jiménez es la coordinadora pro bono y socia del departamento de Derecho Inmobiliario y de la Construcción de Roca Junyent y ha sido seleccionada por las publicaciones Legal 500 y Best Lawyer entre los mejores abogados especialistas en Derecho Inmobiliario de España. Silvia ha desarrollado su carrera en prestigiosos despachos nacionales e internacionales, tales como Garrigues y DLA Piper y ha sido responsable legal in house en las empresas Virgin Active, SAREB o Neinor Homes, a la que sigue vinculada como Secretaria del Consejo de Administración. Además es Secretaria del Consejo de Administración de la empresa de energías renovables Enerside Energy, que cotiza en BME Growth.

 

Proyectos para nuestros mayores

Queridos compañeros:

Quiero comenzar esta carta agradeciendo a la Fundación Pro Bono España el haberme ofrecido la oportunidad de participar en este número de su Newsletter y poder compartir con vosotros mi experiencia y alguna reflexión.

Hace poco más de un año que me incorporé al Patronato de la Fundación y asumí el rol de coordinadora de los asuntos en Roca Junyent. La primera acción que llevé a cabo fue organizar una sesión informativa en la que el equipo de la Fundación explicó a los abogados del despacho la maravillosa labor que llevan a cabo y cómo participar. La prueba palpable del éxito de esta acción de sensibilización fue el alto “ratio de conversión” que tuvimos: ese mismo día aproximadamente la mitad de los asistentes me escribieron confirmando que querían participar.

En este año que ha transcurrido desde aquella sesión, hemos tenido la oportunidad de colaborar en diversos proyectos, cada cual más interesante y hemos podido constatar el alto nivel de compromiso de los abogados que han participado en los mismos y la gran satisfacción que les ha generado poder dedicar parte de su tiempo a contribuir a mejorar nuestra sociedad.

Quiero detenerme un momento en uno de los proyectos en los que he tenido la suerte de participar personalmente. El encargo consiste en ayudar a la Asociación Kuvu Inclusión Social, como miembro de la Red Estatal de Convivencia Intergeneracional a redactar un borrador de proposición de ley para contribuir a fomentar la convivencia intergeneracional, creando un marco jurídico que regule la relación entre las personas de la tercera edad que deseen o necesiten compartir temporalmente su hogar con personas más jóvenes.

En este proyecto, que ha sido multilateral, hemos tenido la oportunidad de trabajar con los alumnos de la clínica jurídica de la Universidad de Villanueva y con abogados de los despachos Dentons y Latham & Watkins. Además de haber tenido el placer de conocerles a todos ellos, así como al promotor de esta iniciativa, Eduardo Fierro, el trabajo que hemos desarrollado nos ha permitido reflexionar sobre un problema social cada vez más acuciante: la soledad en la que viven muchos de nuestros mayores y las crecientes dificultades que tienen los jóvenes para acceder a una vivienda digna.

El 1 de enero de 2018 el porcentaje de personas de más de 64 años era el 19,2%, Esta tendencia continuará proyectándose hacia el futuro. Según el INE, hacia mediados del siglo XXI, la población de mayores de 64 años alcanzará los 16 millones de personas, el 32%. España ha rebasado el umbral de los dos millones de mayores de 65 años que viven solos. Son casi la mitad de los 4,7 millones de hogares unipersonales, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2018. De ellos, más de 850.000 tienen 80 o más años. De acuerdo con sus proyecciones, en 2033 uno de cada cuatro españoles tendrá 65 años o más. Serán más de 12 millones de personas en esas edades frente a los cerca de nueve que hay ahora. Y dentro de 50, la cifra se elevará a 15 millones. Para entonces, en 2068, casi siete millones (6,85) de personas habrán cumplido o superado los 80, una cifra que duplica los casi tres millones actuales. Además, el número de personas que viven solas aumentará hasta alcanzar los 5,8 millones en 15 años. En definitiva, si esto no cambia caminamos hacia un país más viejo y con más soledad. Según el IMSERSO, la soledad en las personas mayores obedece fundamentalmente a cuatro causas: dificultades de adaptación a la jubilación, desvinculación social, ausencia de familiares cerca y agravamiento de la salud.

Además del envejecimiento de la población y de soledad de los mayores, la sociedad española hace frente a otra complicada realidad protagonizada por nuestros jóvenes, que afrontan grandes dificultades a la hora de encontrar un empleo, abandonar el hogar familiar y acceder a una vivienda. Así, según datos de Eurostat correspondientes a 2021, los jóvenes se emancipan de media a los 29,8 años. Por otro lado, la tasa de paro en las personas con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años se eleva hasta el 24,10%, muy por encima del paro medio registrado en el segundo trimestre de 2022 que, según datos aportados por el INE, ascendió al 12,5%, lo que nos proporciona una clara idea de las dificultades a que han de hacer frente los jóvenes en España para ser independientes.

Son problemas ciertamente complejos que hay que abordar desde varios frentes. Y hay que hacerlo ya porque nos va mucho en ello. Se trata de nuestros mayores, que pronto seremos nosotros y de nuestros jóvenes, que merecen que les dejemos una sociedad y un mundo al menos igual o mejor que el que nos encontramos.

Gracias de nuevo a la Fundación y especialmente a Silvia Cuenca y a Leire Larracoechea por hacer posible que el trabajo pro bono tenga cada vez más presencia en los despachos y por permitirnos, a través de ello, ir sumando esfuerzos para generar un cambio.

Nos vemos pronto. Un abrazo.

Silvia López